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María Fabiana Lizarralde.

María Fabiana Lizarralde.

El difícil arte de sobrevivir

¡Ojo!: el cuento del tío Pedro Daniel Aparicio sigue vigente por María Fabiana Lizarralde

[BPN-06/04/11] El pasado viernes 25 de marzo, por muy poquito no caí en la trampa. Recibí en mi celular un mensaje de texto que decía: "Usted es acreedora de un televisor de plasma de 42" más un DVD incorporado". Y agregó que una empresa que por el momento llamaremos "Pirulo" (una gran empresa de marketing de un país hermano) festejaba su aniversario en el país. Nos pedía que nos comunicáramos con el remitente para obtener más información sobre la publicidad y sus premios. En ese momento, por el feriado, el número remitente no contestó pero lo volvimos a intentar el sábado por la mañana.

No voy a comentar los pormenores de la repercusión de semejante noticia en la familia, pues sería muy largo de explicar ya que después de comunicarnos por teléfono no solo habíamos ganado los premios mencionados sino que se agregó un premio sorpresa: ¡Un Toyota Corola 0 km! Lo íbamos a recibir el siguiente martes en Córdoba al 800 de esta ciudad capital, cita a la que teníamos que llegar bien vestidos y con puntualidad ya que seríamos agasajados con un almuerzo y filmados para que la empresa pudiera publicitar los premios y sus ganadores.

Todo venía más o menos bien hasta que el supuesto gerente de "Pirulo", Sr. Pedro Daniel Aparicio, nos dijo que para comenzar los trámites de patentamiento del vehículo debíamos comprar $600 en tarjetas de telefonía celular de las tres grandes empresas que existen que no debíamos abrir, pues el martes las teníamos que presentar cerradas en el lugar convenido. Además, si las comprábamos en el curso de la siguiente media hora y lo volvíamos a llamar, ganábamos otro premio.

A esta altura de los acontecimientos, algunos miembros de la familia sospecharon algo raro, pero no quisimos dejarnos desilusionar ya que el entusiasmo era superior. Seguimos adelante y compramos las tarjetas en cuestión. Al hacer el segundo llamado, nos pidieron que les pasáramos el código de las tarjetas y ahí las dudas aumentaron. Les facilité dos y la comunicación se cortó: en realidad me había quedado sin crédito en el celular.

Reunión familiar y opiniones: -¡Eso es una estafa, no sigamos adelante! Muy bien, si es así, ya deben haber utilizado el importe de la tarjeta. Sin embargo cargamos la primera y la operación se registró con éxito, por lo tanto, hasta ahora, no habíamos sido estafados.

Comenzó la investigación: llamamos a una de las empresas de telefonía celular pero atendía la maquinita; a otra y lo mismo hasta que nos comunicamos con la tercera. La operadora nos dijo que no sabía nada de la promoción y que el número de donde provenía el mensaje no era de su empresa.

Llamamos por teléfono a un amigo y le pedimos que confirmara –ya que vivía cerca de allí- si existía o no esa empresa en Córdoba al 800 de la ciudad de Buenos Aires, pero en esa dirección había un edificio y no podíamos saber si en él residía o no la empresa en cuestión.

Mientras tanto, yo seguía en Internet y la empresa que dimos en llamar "Pirulo" apareció. Sería chilena y desde 2005, "la primera y única agencia de marketing móvil en Chile, ayuda a grandes marcas a incrementar la efectividad de su publicidad y marketing, utilizando como medio troncal el mensaje de texto y otras herramientas móviles", según su sitio en Internet.

Nuestro estado de ánimo subía y bajaba según las novedades se presentaban. A esta altura ya había pasado más de una hora del primer llamado y decidimos intentar cargar el segundo código de la tarjeta que proporcionamos al tal Aparicio por teléfono y ante la sorpresa de todos, también tuvimos éxito y el importe se acreditó al celular, ¿Entonces, sería posible que no fuera una estafa y que hubiéramos ganado todo lo que nos dijeron?

La ilusión siguió bastante firme hasta que se me ocurrió poner en el buscador de Google el nombre del supuesto gerente "Pedro Daniel Aparicio". Los vínculos relacionados con este nombre no paraban de aparecer y cuando los empecé a leer se trataba –en todos los casos- del mismo cuento del tío con más o menos precisiones. Todos coincidían en que era una estafa cuyos montos podían variar entre los $20 y los $800 siempre en tarjetas de teléfono.

La estafa se producía cuando se proporcionaban los códigos y quizás quien los recibía las cargaba o los vendía. El número remitente desde el que me llegó el mensaje fue el (03884) 43-5591 correspondiente a la localidad de Arroyo Colorado en Jujuy. Otro número remitente desde el cual estafaron a otra víctima fue el (03884) 22-9849 también de esa localidad.

En los distintos sitios que encontré sobre este tema se hacía referencia a que esta modalidad de estafa realizada por este "Pedro Daniel Aparicio" se viene haciendo desde el 2006 y, por lo que me pasó, sigue muy vigente.

¡¡¡¡Atenti a todos los premios que dicen que ganamos!!!!Envíe desde aqui su comentario sobre esta notaVolver al indice

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